Tiene 16 años, es canadiense y mide 1.62 metros de altura. Hasta hace sólo tres años su única admiradora era su madre que -encantada con el artista que tenía en casa- colgó en internet varios vídeos de su hijo cantando.
El cariño de cualquier madre es incondicional, claro, pero esta mujer tuvo además ojo comercial. Hoy su retoño es el artista con más seguidores adolescentes del mundo. Lo ha demostrado esta tarde en Madrid. Su nombre: Justin Bieber.
Si usted no tiene ni idea de quién es, es que no tiene hijas adolescentes. "Es guapísimo. El mejor de todos" dicen algunas de sus fans.
Algunos datos para situarle: ha sido nombrado el mejor artista de Norteamérica, uno de sus vídeos se ha visto en internet más de 194 millones de veces, en Twitter tiene más seguidores que Obama, tiene marca propia de perfume y, con 16 años, una biografía. "'Cuento el cambio que ha supuesto este éxito en mi vida", nos dice.
Por saludarle, Laura, Rosa y su madre han venido desde Almería y han aguantado más de 24 horas a la intemperie. "Durmiendo entre cartones. Por una hija de hacen estas cosas", nos dice.
El chico ha jurado llegar virgen al matrimonio y entre sus preferencias, ojo interesadas, le gustan las chicas poco maquilladas y simpáticas.
Ni tiene una voz portentosa, ni mucho talento para el baile. Pero con un buen productor musical y unos cuidados ajustes de marketing se logran maravillas para el consumo jovenzuelo como él.
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